Turismo o morbo?
Antes de viajar debes pensar que no te hace más grande
en realidad, cuando viajas con un propósito te hace sentir frágil
insignificante, porque tienes plena conciencia que ese lugar tiene su propios problemas que quizá sean mayores a los existentes en tu lugar de residencia, quizá ese lugar está siendo devorado por el mismo mal que devora a tu mundo, quizá el atractivo que persigues sea en realidad el mal mayor de esa gente, Venecia, hundida, convertida en un centro comercial, sin habitantes, solo tiendas y trabajadores dispuestos a complacer tus dundos deseos, y así llegamos al necroturismo, comprar paquetes para conocer sitios con un pasado oscuro o en desgracia, porque el morbo vende y alimenta el complejo de superioridad moral, cuando te crees salvador y con toda tu sabiduría llegas a… a verlos, verlos por morbo o como un simple motivo folclórico, fundas o haces convenios con ONGs para gastar miles y miles de dólares para tomarte una foto con niños en estado de desnutrición o gente que vive en medio de una guerra.
Viajas para creer que eres dueño del mundo, de ese mundo tan pequeño en donde, por consecuencia también a su gente la consideras pequeña, pero, si solo comprendieses que esa gente no es tonta y que con tu “ayuda” no logras nada, salvo empeorar su situación, en pocas palabras, viajar con conciencia no es sencillo, cuando eres huésped debes conocer y adaptarte a las costumbres de ese lugar, comunicarte con esas personas, o como se dice caerles bien, una nueva ciudad un nuevo país no está en la obligación de hacerte sentir como en casa, en esa casa de la que buscas huir por que en tu subconsciente has notado que llevas una vida simple, monótona, una vida que pretendes cambiar con cada paquete de viaje comprado, cuando viajas en busca de “experiencias” solo llevas tu mísera vida a otros lugares, llevas tus vacíos, tu inconformismo, tu ira reprimida, esa frustración a la que llamas deseo, aventura, crecimiento, pero, ¿qué has aprendido de cada viaje? ¿recuerdas como era con quien conversaste?, ¿de que hablaron en el almuerzo o el café?, ¿alguna de esas personas te ha contactado? o cuando estuviste ahí, en ese lugar, alguien, un niño, un anciano, quien sea, sin pertenecer a una tienda o agencia de viajes o sin ser un vendedor ¿se acercó para hablar contigo?
Los canales que ningunean los problemas de los demás tienen gran éxito porque están diseñados por y para idiotas, que van en busca de algo exótico, pero son incapaces de tener contacto con la gente de ese sitio, en 2016 la revista NatGeo publicó “puedes creer ser grande cuando
toda tu vida has pasado mirando al suelo”.
En tu misma ciudad o quizá a la vuelta de la esquina existirán personas con problemas similares a los de aquellas personas a 20 000 km de distancia a las que pretendes ayudar, quizá a la vuelta de la esquina esté alguien con esas capacidades que tu buscas admirar, quizá solo te falta un poco de humildad, escuchar y abrir los ojos, quizá solo te falta vivir fuera de esa burbuja que tu mismo inventaste condicionado por el consumo subjetivo, quizá si prestas atención puedas ver esa gota de agua reluciente en tu mismo hogar, quizá y solo quizá cuando lo logres podrás ir a ese tan lejano lugar y tener algo que compartir con esa gente que al igual que tú, busca escuchar una historia, conocer a la persona detrás del turista.
