Varitas de Perkins, placebos y doctores.
Dos varitas con forma de paraboloide terminado en punta, de metales misteriosos capaces de sanar de forma inmediata cualquier dolencia.
Para ese entonces la energía galvánica estaba de moda y los métodos del canalización de la energía explicaban todo, algo similar a lo de hoy, con los imanes nueva acupuntura reiki y cosas así, tras un descubrimiento nacen cientos si no miles de “terapias” que usan lo que sea que esté de moda, y claro, sirve para todo, hasta que tienes un problema real entonces buscas un médico.
Elisha Perkins 1741–1799 fue un médico nacido en Norwich, educado por su padre en la senda de la medicina.
Era el año de 1790 cuando Perkins inventó los Tractores de Perkins dos varitas una de hierro y otra de latón en esa época la electricidad era el invento del que todos aprovechaban y Perkins no estaba dispuesto a perder una oportunidad, decía a sus pacientes que las varitas estaban diseñadas de oro, platino y metales misteriosos que no les podía revelar, lo que si decía es que canalizaban la energía galvánica del cuerpo, esto por el experimento de Luigi Galvani (pionero de la bioelectricidad), que el 1780 descubrió que los músculos de las patas de las ranas muertas de estremecían al ser golpeadas por una chispa eléctrica. Ahí la idea de Perkins si Galvani lo hizo con las ranas por que no con las personas.
Al frotar estas varitas por cualquier parte del cuerpo que sufriera de algún dolor esta mejoraba de inmediato, su popularidad fue tal que se usó para sanar la gota, dolores de espalda, convulsiones, pronto fundó una escuela del arte de curar llamada Perkinismo, esta práctica pronto se extendió por Inglaterra y en un abrir y cerrar de ojos estaba en todo el Continente, se fundaron escuelas y hospitales, los registros de la época anotan más de un millón de sanaciones en Europa, gente de todas la clases sociales se hacían tratar, el mesmerismo (hoy reiki) que también estuvo de moda en aquella época estaba siendo desplazado, no suficiente con eso las varitas llegaron hasta George Washington siendo este quien las recomendó como remedio para todo mal.
En 1798 Benjamín Perkins (hijo de Elisha), publicó The influence of Metallic Tractors on the Human Body , en Londres fundó la institución Perkisiana en beneficio de los pobres (bastante similar a lo de hoy, usar una estrato social para ganar popularidad), En la ciudad de Bath se abrieron sociedades Perkisianas, las clases pudientes usaban la varitas como un signo de distinción, médicos y gente con influencia de la época defendían esta práctica bajo el argumento de autoridad (hoy conocido como influencers y número de seguidores).
Poco antes de su muerte Perkins usó otro de sus inventos para curar la disentería y el dolor de garganta a esta la llamó medicina antiséptica, Perkins afirmó también haber descubierto la cura para la fiebre amarilla esta consistía en vinagre con muriato de soda que el mismo Perkins había ingerido en New York durante el brote en 1799, la cura no tuvo efecto alguno, Perkins contrajo fiebre y murió.
El doctor John Haygarth no terminaba de convencerse del poder mágico de las agujas, tras la muerte de Perkins llevó a cabo su experimento en Londres, convencido que todo se trataba del simple imaginario procedió con su demostración, “arregló una pieza de madera en forma de tractores y con fingida pompa y solemnidad aplicó el aparato a cierto número de personas enfermas, que habían sido previamente preparadas para esperar algo extraordinario. Los efectos fueron sorprendentes, dolores crónicos de la piernas cesaban repentinamente, articulaciones, que desde mucho tiempo estaban inmóviles recobraron el movimiento, y en una palabra, excepto la renovación de las partes perdidas o el cambio de estructura mecánica, nada parecía ir más allá del poder curativo”.
Las personas al friccionar las varitas sobre la piel encontraban mejoría y no notaban el cambio cuando usaban las verdaderas o las fabricadas en madera por Haygarth, en ese momento se había descubierto el efecto placebo, no eran las varitas sino las mentes de los pseudo-pacientes creyendo que mejorarían. Al hacerse público el resultado en su libro On the Imagination as a Cause & as a Cure of Disorders of the Body en 1800 la burbuja de fama del Perkinismo se vino al suelo con estrépito.
Es importante comprobar con un grupo de control o con un placebo para conocer si algo realmente funciona o solo es la necesidad de creer en ello.